lunes, 19 de enero de 2009

La moda de hacerse mala sangre

Conozco casi a la perfección, podría decir, el funcionamiento de mi cabeza. Lo cual a esta altura, no sé si es bueno o malo.
Tengo días muy tranquilos y otros más moviditos en cuanto a lo que a mi mente respecta. Pero termino entendiendo, que si un día no tengo ajetreo mental, trato de buscármelo solita. Sisis, una tarada.

El sábado, sin ir más lejos, reconfirmé mi taradez. Después de mi clase de boxeo, me estaba yendo a Cañuelas por el fin de semana y antes de tomar la combi que me deja en destino, tuve la necesidad imperiosa de “consumir” algo. Entré en un local de la Av. Sta Fé, ya que la combi la tomo en la puerta del Alto Palermo y me compré una remerita muy linda de gasa estampada. Cuestión que cuando salí del local poco convencida por la compra, por haber hecho una compra “compulsiva” y sin necesidad de adquirir una nueva remerita, estuve todo el viaje a Cañuelas (que mínimo demora una hora) pensando en qué otras cosas había visto en el local, para acercarme el lunes después del trabajo a cambiarla. Y autoflagelándome con pensamientos del tipo: “nunca más debo salir a la calle con la tarjeta encima” o “¿qué necesidad hay de gastar la plata que me puede servir para mis vacaciones, en cosas que ni siquiera necesito?”. Así que mi viaje en combi en vez de placentero resultó ser algo agotador; hasta que bajé en Cañuelas, le mostré la nueva adquisición a mi novio y cuando estuve a punto de empezar a atosigarlo con cuestionamientos sobre si él estaba de acuerdo o no con la prenda nueva, me di cuenta que en la etiqueta decía: “SIN CAMBIO”.

1 comentario:

Mariela dijo...

Yo justo ando necesitando una remerita de gasa estampada!!
Que loco, no??


Hay q decirle NO a las compras compulsivas. Son las que nos matan a las mujeres!!!!

Pero bueno, una vez hecho el mal, no sirve azotarse! Disfrutela y listo!!